4 de noviembre de 2011

El Mandarín



El chino mandarín es un idioma con más de 840 millones de hablantes en el mundo, algo que lo hace un idioma a tener en cuenta. De hecho, esa es una de las razones por las que decidí mudarme a China, intentar dominar su lenguaje.
Para un occidental de entrada ya parece complicado, pero cuando empiezas, te das cuenta que lo único verdaderamente desesperante son los símbolos. El intentar entenderlo o hablarlo no es tampoco nada sencillo, pero las estructuras que emplean si que lo son. El ejemplo más sencillo es el de los meses o las semanas. Para referirse a un día de la semana, en vez de ponerles nombres, ellos simplemente utilizan la palabra "semana" seguida de un número del uno al siete (cosa que determina el día, por orden de Lunes a Domingo), lo mismo sucede con los meses.
Por supuesto la escritura la doy totalmente por perdida, es tan compleja y complicada... es totalmente increible que su origen tenga centenares de años y que conste de más de 10.000 caracteres distintos (por suerte en la actualidad solamente emplean 3.000, vaya alivio!). Por no añadir que cada símbolo hace referencia a un morfema, es decir que cada carácter tiene su propio significado por si solo!


En cuanto a la pronunciación, es bastante complicada, son muchos sonidos nasales... lo cierto es que los primeros días sufría bastantes dolores de cabeza, intentando acostumbrarme a esos sonidos, esforzándome por entender que decían y para que no todo me sonase igual. A base de escuchar diariamente conversaciones en chino, en tan solo un mes, se diferenciar entonaciones, palabras, frases... no las entiendo, pero al menos ahora no me parece oír ruidos, puedo escuchar e identificar algunas palabras sueltas.

A pesar de su dificultad, considero el chino un idioma con un maravilloso sonido, una musicalidad que para mi estaba oculta hasta ahora. Además, su escritura me parece extremadamente bella! Un idioma que desde mi punto de vista, es arte.

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