El el tiempo que llevo aquí, afortunadamente no he sufrido ninguna enfermedad grave, pero si hace unas semanas me torcí el tobillo y me causó un esguince.
Es entonces cuando pude ver algo de medicina china tradicional... durante tres días, me tuve que poner un tipo de masa con hierbas (que me dio el doctor) y cubrirla. La sensación después de unas horas de aplicarla era tan extraña!Era como si las hierbas se fuesen moviendo y notaba un constante cosquilleo en mi piel.
Después de estos tres días, según el tratamiento del médico, debía dejar de aplicarme estas hierbas y pasar a otra cosa. Tuve que ir a una farmacia para conseguir el segundo ingrediente.
Ir a una farmacia aquí es toda una experiencia! Te sientes viviendo siglos atrás.
Tienen todo de pequeños cajoncitos con hierbas y setas, unas básculas minúsculas dónde hacen mezclas de diferentes tipos de ingredientes y te preparan paquetes.
Habitualmente estos paquetes se infusionan, pero hay otro tipo de preparaciones un poco más complejas.
En mi caso, cuando llegué les entregué el papel que me había rellenado el doctor (un tipo receta pero más rudimentario), sacaron una botellita vacía y de una gran garrafa de cristal vertieron un poco de un algo así como aceite rojo.
Según las instrucciones del médico, debía aplicarme ese tipo de aceite una vez al día sobre la zona dolorida, antes de ir a dormir. El tratamiento debía durar una semana.
El olor del líquido era muy fuerte... recordaba al amoniaco. Minutos después de aplicarlo, podía sentir un calor, que se iba intensificando conforme pasaban los segundos, era tan intenso que rozaba el punto del dolor. Pero por suerte, ese calor solamente duraba unos 10 minutos.
Al cabo de unos días, el dolor había desaparecido por completo.
Debo reconocer que al principio, una parte de mi desconfiaba de la eficacia de estos métodos, pero una vez más la cultura oriental me deja boquiabierta y me enamora un poco más... se vuelve a demostrar la batalla más que ganada de lo natural sobre lo artificial.
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